Pelayo Roces, quien fuera vicepresidente de la Junta General del Principado con el PP, falleció ayer a los 65 años después de varios años luchando contra una enfermedad. Fue cofundador de Foro Asturias y durante años ejerció como mano derecha de Francisco Álvarez-Cascos, a quien lo unía una estrecha amistad. Precisamente, una de sus últimas apariciones fue en el juicio contra el exvicepresidente del Gobierno y expresidente del Principado por un delito de apropiación indebida del que finalmente fue absuelto.
Hijo del conocido empresario Juan Roces Antuña y María Josefa Arbesú, el langreano, que en su faceta profesional fue industrial auxiliar de la construcción, comenzó su trayectoria política siendo muy joven. Ingresó en el Partido Popular en 1982, con apenas 22 años. Fue concejal en el Ayuntamiento de Siero, donde residía, y nombrado presidente comarcal del partido en 1995. Ese año dio el salto a la Junta General como diputado autonómico, convirtiéndose en vicepresidente segundo durante tres legislaturas consecutivas. Durante ese periodo también ejerció como portavoz de las áreas de Urbanismo y Vivienda y, posteriormente, de Infraestructuras.
Roces protagonizó a lo largo de su trayectoria numerosas polémicas. Especialmente destacables fueron sus enfrentamientos con Antonio Trevín cuando el socialista era delegado del Gobierno en Asturias. En 2002 llegó a sentarse en el banquillo de los acusados por una demanda de Elena Carantoña, exconsejera de Hacienda, por “intromisión ilegítima en su honor” por haber lanzado opiniones relacionadas con las supuestas irregularidades en el levantamiento del embargo a Mall Residencial.
En 2011, presentó su renuncia como diputado regional del PP, un día después de que Álvarez-Cascos anunciase que estaba dispuesto a liderar un nuevo partido al verse frustrado el intento del exvicepresidente del Gobierno de ser designado como candidato de los populares a la presidencia de Asturias en favor de Isabel Pérez-Espinosa. “Tengo una sensación rara, pero creo que este ya no es mi partido”, explicó entonces Roces al presentar su acta de renuncia y su baja en el PP. Su puesto en la Junta fue ocupado entonces por José Manuel Felgueres: “Entrego el acta, lo que no es mío; siempre tuve muy claro que el acta de diputado lo tengo por el PP y, como suele ser lo habitual en mí, suelo devolver lo que no es mío”, esgrimió.
Roces fue uno de los más fieles escuderos de Álvarez-Cascos cuando, dentro de Foro, comenzaron a elevarse voces en contra del líder, finalmente defenestrado.
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