El cambio climático dejó ya hace tiempo de ser una amenaza futura. En los últimos diez años, los diez peores fenómenos extremos en España -desde sequías a olas de calor pasando por destructivas inundaciones- han sido agravados por el cambio climático. Así lo recoge un informe encargado por Greenpeace a científicos del CSIC y publicado este domingo.
El trabajo, que sale a la luz en plena cumbre del clima, estudia la profunda huella del calentamiento global en nuestro país, que se encuentra en uno de los puntos más vulnerables del planeta ante este fenómeno global. Concretamente, analiza tres olas de calor (2022, 2023 y 2025), tres sequías repentinas (2022 y 2023), dos episodios de incendios (2022 y 2025), una ola de frío (Filomena, en 2021) y una dana (la de Valencia de 2024).
Sus autores comparan cómo sucedieron en la realidad estos eventos con cómo hubieran ocurrido en un mundo alternativo donde el calentamiento global fuese menor o inexistente. Y la conclusión es abrumadora: “Los resultados muestran que todos los eventos analizados se vieron afectados por el calentamiento global, y que, excepto la ola de frío, se intensificaron”. O en otras palabras, “el cambio climático intensificó la mayoría de los eventos extremos más destructivos de los últimos años en España”.
Los impactos estimados de estos diez eventos son “dramáticos”: 5.000 fallecidos, más de 370.000 personas afectadas y más de 23.000 millones de euros en daños, según una estimación “conservadora”.
Eventos más interrelacionados y simultáneos
En lugar de ocurrir de forma aislada, “los eventos están cada vez más interrelacionados y suceden de forma simultánea”, expone el informe, y pone de ejemplo: “Olas de calor que agravan sequías y disparan incendios, o lluvias torrenciales tras periodos de sequedad extrema que multiplican el riesgo de erosión e inundaciones”.
Con respecto a las olas de calor, el estudio revela que las de 2022, 2023 y 2025 registraron temperaturas medias entre 1,3 y 2,2 °C superiores a las que se habrían producido en un clima sin calentamiento global, duplicando o triplicando el territorio afectado por calor extremo.
Por su parte, las sequías repentinas de 2022 y 2023, que afectaron hasta un tercio del territorio nacional, mostraron déficits hídricos hasta un 20-25 % mayores que en el pasado y un 25 % más de superficie afectada. En el caso de los incendios, las grandes oleadas de 2022 y 2025 situaron a una cuarta parte más del país en situación de riesgo crítico. Además, estuvieron estrechamente asociados a unas condiciones de calor y sequedad extremas, con incrementos del riesgo meteorológico de incendios superiores al 15-20% atribuidos al cambio climático.
Y respecto a la dana de octubre de 2024, que dejó 237 en España, la gran mayoría en Valencia, hallan que la intensidad aumentó hasta un 20% debido al cambio climático.
Una huella “más destructiva” en el futuro “si no actuamos”
El informe también alerta de que estos fenómenos se seguirán agravando en el futuro si no se corrige rápidamente el rumbo del aumento de emisiones. Según las proyecciones de la comunidad científica, si continúa la tendencia actual, el clima de España se dirige hacia un aumento de las temperaturas, mayor aridez, sequías más severas, lluvias extremas más intensas y mayor riesgo de incendios forestales.
Con los compromisos actuales, el mundo experimentará un calentamiento de 2,3 a 2,5 °C por encima de los niveles anteriores a la Revolución Industrial, lo que tendría unas consecuencias aún más dramáticas de las que ya se están viviendo -el calentamiento actual es de 1,3 grados más que en aquel periodo-.
“Este informe nos vuelve a recordar que la huella del cambio climático será cada vez más destructiva si no actuamos. Exigimos al Gobierno de España que asuma un mayor liderazgo en esta COP y reduzca sus emisiones tres veces más rápido para evitar los peores escenarios de la crisis climática y salvar vidas”, ha señalado Pedro Zorrilla Miras, responsable de Cambio Climático y delegado de Greenpeace España y Portugal en la cumbre del clima que se celebra en Belém, Brasil.
