En una recoleta plaza junto a la del Cristo de Burgos, está la iglesia del Buen Suceso, el templo que cobijará esta semana al Señor de las Penas de San Vicente dentro de los cultos extraordinarios de la hermandad por el 150 aniversario de la fundación de la corporación. Este edificio se encuentra en un entorno casi idílico para la Sevilla de siempre, porque se trata de un enclave donde aún persiste una casa antigua, sus naranjos y sin elementos estridentes.

La iglesia es el edificio principal de la plaza y llama la atención por su fachada de ladrillos y por una torre no construida que se adivina en las alturas. Al fondo de la plaza, se contempla al final de la calle Mercedes de Velilla la parroquia de San Pedro. El origen de este lugar se remonta al siglo XVIII y a una orden bastante desconocida como fue la la Mínima Congregación de los Hermanos Enfermeros Pobres, más conocida como los ‘obregones’.

Los miembros de esta orden asistían a hospitales antiguamente y eran llamados de esta forma por su creador, Bernardino de Obregón, nacido en el siglo XVI en el monasterio de las Huelgas de Burgos. Tenían su sede principal en Madrid en una templo ya desaparecido y que se encontraba en uno de los extremos de la Puerta del Sol. Por su parte, en Sevilla, se asentaron en lo que fue el barrio de la Morería, cerca del convento de trinitarios descalzos (hoy capilla casa hermandad del Cristo de Burgos) y a pocos pasos de la Encarnación, San Pedro o la Alfalfa.

Sin embargo, a finales del siglo XIX, pasó a manos de los carmelitas calzados. Por eso, este martes se trasladará el Señor de las Penas de San Vicente a esta iglesia, ya que la imagen estuvo primitivamente en el convento Casa Grande del Carmen de la calle Baños, que era de esta orden que mantiene una casa justo al lado del templo. Volviendo al mismo, hay que apuntar que se inauguró en 1730 y que en menos de 3 siglos, ha sufrido una desamortización, un intento de derribo, la Revolución ‘La Gloriosa’ de 1868 y el asalto de 1931 al principio de la II República.

La Virgen del Carmen y el altar mayor

En el altar mayor, se encuentra la Virgen del Carmen, obra de Rafael Barbero, la cual vino a sustituir a otra que fue destruida en los años treinta y que, según las investigaciones, era de Duque Cornejo. La talla actual tiene uno de los conjuntos patrimoniales textiles y de joyas más interesantes de la capital hispalense y llegó a procesionar por las calles del Centro en noviembre hace algunos años, aunque el grupo de fieles que organizaba los cultos se acabó extinguiendo. Sí tiene una novena en julio por su festividad y las fiestas duran la mayor parte del mes.


La Virgen del Carmen de la iglesia del Buen Suceso


raúl doblado

A pesar de tener una sola nave, la iglesia del Buen Suceso tiene numerosos detalles, como las 24 columnas de mármol rojo que vienen de Morón de la Frontera y sobre las que trabajaron Pedro Roldán y su hijo. El retablo mayor también es muy singular, ya que se atribuye a José Fernando de Medinilla y alberga 36 lienzos de Domingo Martínez.

Hay representaciones de escenas de la historia de los ‘obregones’ como la aparición de la Virgen del Buen Suceso, la presentación de la Virgen al papa por los hermanos o la entronización de la Virgen del Buen Suceso en Madrid. Otros cuadros que se reparten a lo largo del altar mayor tratan sobre personajes de la genealogía de Jesús como Abraham, Isaac, Jacob, Judá, David o Salomón.

En los laterales del templo, hay diversas imágenes de gran entidad procedentes de otros edificios que pertenecieron a los carmelitas calzados, como la actual iglesia de San Alberto de los filipenses. Destaca Santa Ana y la Virgen, obra de Juan Martínez Montañés, aunque hay que apuntar que esta última mencionada fue destruida en 1931 y Rafael Barbero hizo una copia de la misma.

Además, hay un San Alberto y una Santa Teresa de Alonso Cano que están colocados en los retablos laterales, así como un San Juan Evangelista y una Santa María Magdalena de Bartolomé García de Santiago, un autor del siglo XVIII cuya obra se reparte por la ciudad y parte de la provincia de Sevilla.


Santa Ana y la Virgen


raúl doblado

A principios de este siglo, el templo sufrió una importante restauración y la comunidad de carmelitas estuvo radicada en el convento de Santa Inés junto con las hermanas franciscanas clarisas. La visita del Señor de las Penas de San Vicente es inédita, aunque no la primera de este año, porque el titular de la hermandad de la Amargura, el Señor del Silencio en el Desprecio de Herodes, pasó por esta iglesia en la pasada Cuaresma en un vía crucis especial por los tres siglos de la corporación en la iglesia de San Juan de la Palma. La hermandad quiso visitar los conventos de la feligresía con la imagen y rezó una estación ante el templo carmelita.

La estancia durante esta semana del Señor de las Penas de San Vicente sí que es muy especial, ya que nunca antes ha estado en esta iglesia, y se podrá ver a los pies de la Virgen del Carmen durante el triduo extraordinario que va a realizar la hermandad antes de que el próximo sábado 22 de noviembre se celebre la procesión de regreso a su sede canónica.



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By Steve

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