Veinticuatro horas después de la notificación del fallo del Tribunal Supremo sobre García Ortiz, el único punto en común entre los fiscales que forman parte del Ministerio Público era, este viernes, la incertidumbre. Todo lo demás, división entre los afines al fiscal general del … Estado, que defienden con uñas y dientes su actuación -aunque eso pase por desacreditar a los magistrados de la Sala Segunda del Supremo-, y los que creen que se ha hecho justicia y lamentan que el condenado haya arrastrado a la institución a semejante descrédito, algo que se podría haber evitado con una renuncia a tiempo para no haber dado lugar a esto. El fallo no ha dejado indiferente a nadie.
Los incondicionales de Álvaro García Ortiz, que anteriormente lo eran también de Dolores Delgado y entre los que están quienes le aplaudieron en la sede de la Fiscalía el pasado 3 de noviembre, en el inicio del juicio en el Tribunal Supremo, afrontan la condena «con dolor pero con mucha fuerza». En conversación con ABC consideran «triste e injusta situación» y llegan a cuestionar la actuación de los magistrados del Supremo por condenar a quien «solo trataba de defender a la institución» ante la difusión de «bulos».
«Álvaro es un hombre de grandes convicciones demócratas, por eso está muy tranquilo», señalaba este viernes a este diario una fiscal próxima a él, dando a entender que, llegado el caso, volvería a hacer lo mismo, en referencia a la nota de prensa con la que trató de desmentir la información en la que se decía que la Fiscalía había ofrecido un pacto a Alberto González Amador, pareja de la presidenta autonómica Isabel Díaz Ayuso, cuando había sido al contrario. Para ello no dudó en revelar datos de carácter reservado en el marco de una negociación de conformidad entre abogado y fiscal laminando el derecho de defensa.
El sentir mayoritario de los fiscales más afines a García Ortiz, quien fue portavoz de la UPF (de ahí que tenga tanto predicamento en la asociación), es que el fiscal general ha afrontado este proceso «con una dignidad y una serenidad que sólo están al alcance de quienes creen en el servicio público por encima de sí mismos». Así lo expresó Félix Martín, presidente de los fiscales progresistas, en una entrevista el jueves por la noche en Hora 25, en la Cadena Ser, el mismo programa en el que se filtró el 13 de marzo de 2024 el famoso correo del abogado de González Amador.
«Déjenme decirles que (García Ortiz) ha soportado una presión brutal sin perder en ningún momento ni la compostura ni el compromiso con la institución y por eso quiere transmitirle a él y a la sociedad que para nosotros no está solo, que quienes trabajamos en la justicia, quienes conocemos su trayectoria y su integridad, sentimos que esta condena nos golpea también a nosotros y decimos esto porque ha actuado como un auténtico escudo, como un paraguas que ha protegido al conjunto de la carrera fiscal. No ha intentado trasladar responsabilidades ni ha señalado a terceros y ha asumido él solo un peso que en realidad era colectivo, sabiendo que la institución estaba siendo cuestionado a través de su figura y eso no lo hace cualquiera. Así que, dicho esto, le digo que para mí es uno de los días más tristes de mi carrera profesional», confesó compungido Martín.
Otros fiscales, al igual que él ‘progresistas’, consultados por ABC dicen sentirse «noqueados, tristes y en shock», y en una estrategia muy similar a la de miembros del Gobierno, no dudan en utilizar el rechazo del tribunal a los testimonios de los periodistas que salieron en defensa de García Ortiz (asegurando que tenían el correo antes que él) para movilizar a la opinión pública en contra de la mayoría del tribunal. El mensaje que se está enviando, dicen es que «informar con veracidad, desmentir un bulo, defender la verdad institucional» puede convertirse en un riesgo desde el punto de vista penal. El propio presidente de la UPF ha llegado muy lejos al sostener en antena que «no encontramos un solo elemento probatorio que permita sostener esta condena en un país donde la presunción de inocencia es un derecho fundamental» y esto va a tener consecuencias profundas para la confianza en la justicia.
«No encontramos un solo elemento probatorio que permita sostener esta condena», ha llegado a decir el presidente de la UPF
Otra de las cuestiones que critican los afines a García Ortiz es que se haya adelantado el fallo sin estar redactada la sentencia y que se esté privando al fiscal general y a la sociedad durante semanas de una explicación de la condena. Tildan la actuación del tribunal de «opaca» y creen que contribuye a generar desconfianza en el ciudadano.
Lo cierto es que un amplio sector de la carrera está satisfecho con la condena y consideran que los hechos no podían quedar impunes. «Se ha hecho justicia», señalan, porque el fiscal general «no está por encima de la ley ni puede utilizar la institución a su antojo» como ha hecho García Ortiz. Lamentan el daño que, al no renunciar antes, ha hecho a la Fiscalía, que «tardará tiempo en recuperar» la confianza de los ciudadanos después del «descrédito y bochorno» que ha supuesto la actuación del condenado o la de la teniente fiscal durante el juicio en el que se alineó «de forma descarada» con los intereses de la defensa de García Ortiz.
«No podía salir gratis»
«Lo que hizo (el fiscal general) es gravísimo», recuerda un fiscal en declaraciones a ABC en referencia a la difusión del contenido de un correo que él sabía que era reservado y que nunca debió ver la luz. «Eso no podía salir gratis». Las fuentes consultadas enmarcan la condena en la «normalidad institucional». Otras recuerdan que «la justicia no está para dar gusto a los autócratas» y defienden la actuación del Tribunal Supremo, sometido a una inmensa presión y a la «irresponsabilidad» del presidente del Gobierno, que en el ecuador del juicio, proclamó la inocencia de García Ortiz «deslegitimando y pretendiendo condicionar» la sentencia de los magistrados de la Sala Segunda.
Los fiscales son conscientes de que ahora toca poner el marcador a cero con la incertidumbre de a quién nombrará el Gobierno. «Nos vale cualquiera que no sea del equipo de Lola Delgado y que no sea sectario porque esto nos ha hecho mucho daño. Si es de fuera (de la carrera), casi mejor», reflexiona un miembro de la carrera..