Hermanos Alba para encumbrar la materia prima de altura en la capital de la Costa del Sol. Un restaurante que hace de la calidad del producto su máxima bandera. Puro arte culinario para seleccionar la máxima calidad y engrandecerla con una cocina sutil, suaves caricias de fuego sin aderezos innecesarios porque cuando se tiene una excepcional materia prima, la cocina se eleva al cielo con sólo respetar el producto.
En el número quince de la avenida Salvador Allende luce con señorío culinario el que probablemente sea el mejor restaurante de puro producto de Málaga. Espacio gastronómico en pleno barrio de pescadores, técnica culinaria para ensalzar la materia, uniones sencillas para un disfrute gastronómico máximo. Tradición marinera, un restaurante de pescadores de los de antes, modernizado para ofrecer lo mejor del mercado malagueño.
Despliegue de anchoas del cantábrico, doble cero de considerable tamaño y perfecta salinidad. Una «ensaladilla rusa de campeonato» en el top diez de España, pura cremosidad y notas suaves para encumbrar juegos de gamba roja y blanca. La huerta aparece en el restaurante Hermanos Alba con prestancia en esa línea continuista de calidad en la materia.
Tomate cherokee con aguacate y ventresca de bonito o la ligereza de una ensalada de sabores ahumados con los pimientos asados. Entrantes de la tierra con un estupendo jamón ibérico de bellota, cremosidad con las croquetas de jamón y las croquetas de gambas. Alma marinera en pleno barrio de El Palo, mostrando una elegancia infinita en el tartar de quisquilla o puro arte gaditano en el tartar de atún rojo, perfección en las texturas y un sentido homenaje al gusto que encandila al comensal.
Un restaurante familiar con Manuel en la cocina que nos presenta un estilo hogareño a través del gazpachuelo malagueño de versión ilustrada que se eleva al cielo con un amontillado de González Byass. Cuidar el producto para ofrecer sutileza y elegancia con el tiradito de dorada, finura en el tataki de gamba roja y sabor en el carpaccio de gamba roja. Juegos de fuego con el sashimi de salmonete, dejando el producto intacto abrazado por suaves caricias de fuego para imprimir marcadas notas ahumadas.
Entrantes que maridamos con un fino de Jerez, sublime de Bodegas Tradición, excepcional fino en plena madurez procedente del sistema de criaderas y soleras típico de Jerez. De la variedad uva Palomino fino, envejeciéndose bajo velo de flor en botas de roble americano durante diez años. Fino viejo de raza, carácter seco y complejo con marcada salinidad. Notas de almendra, manzana verde y levadura, estructura firme e intensidad con una elegancia inconfundible y profundidad inigualable, una auténtica joya de Jerez.
Imperiales cigalas XL de excepcional tamaño
La fritura se desarrolla con maestría a través del boquerón de Málaga, calamares, salmonetitos y tacos de rape o buchones de rosada, en las que la materia prima aparece en toda su expresión y se baña con prestancia en aceite hirviendo. Excelente hacer en la cocina para ensalzar una de las almas de la gastronomía malagueña, «el pescaíto frito». Mención aparte merecen las gambas de cristal trufadas para enlazar el gusto y las delicias olfativas.
El plato estrella del día se presenta en forma de un juego culinario de melosidad y materia prima, con los carabineros que se bañan en un revuelto de patatas y huevo para culminarlo en trufa. Una bodega con más de cuatrocientas referencias, entre las que elegimos en esta ocasión un godello, «La Llorona», blanco encantador con aromas de melocotón maduro, toques de manzanilla y fondo cítrico para un paladar resplandeciente con fruta jugosa y puro equilibrio.
Carabineros que se bañan en un revuelto de patatas y huevo
La concha en el restaurante Hermanos Alba se eleva al cielo en sus diferentes formas, desplegando ese halo de elegancia y de salinidad que marca una materia prima de infinita altura. Ostras francesas para sumergirnos en las costas atlánticas, manjar inigualable para regar con champagne, cocha fina natural o al pil pil, zamburiñas gallegas y cazuela de angulas al ajillo para ir subiendo la escala en un excepcional producto.
Clásicos como las coquinas salteadas o las zambuiriñas gallegas para entrar en el reino del marisco. Imperiales cigalas XL de excepcional tamaño, que se preparan cocidas o abiertas a las brasas. Sensacional producto que agota los calificativos y enamora a los amantes del buen comer. Reino del marisco con gamba blanca de la Caleta, carabineros y gamba roja o la estupenda quisquilla de Motril con huevas. Una magnífica sinfonía de marisco, máximo exponente de la seña de identidad del restaurante, una excepcional materia prima que muestra al comensal sobre una mesa los mejores tesoros de las aguas salinas.
Estupenda quisquilla de Motril con huevas
La plancha, las brasas y el horno se convierten en Hermanos Alba en los instrumentos idóneos para engrandecer los pescados. Calamar de la Caleta, chopitos o medallón de rape, como preludio a una sensacional lubina a la sal, un excelente pargo, el gallo pedro, el salmonete XL o la dorada. Espectaculares tamaños en una materia prima que se reviste de elegancia en cada una de sus texturas. Un restaurante destinado a complacer a los gourmet más exquisitos, que disfrutan de la verdadera cocina de altura, con un precio en torno a cien euros por persona, y que en pleno barrio del Palo reivindica la mejor gastronomía posible, la del puro producto del mar.
