Like a Rolling Stone
Bob Dylan
Dylan compuso y grabó esta canción en 1965 durante una etapa de crisis personal tras una agotadora gira por Inglaterra. Canalizó su descontento en un poema catártico que transformó en canción, marcando un giro de su etapa folk al rock eléctrico.
Musicalmente, destaca por su innovador uso del órgano de Al Kooper, la guitarra eléctrica de Mike Bloomfield y una estructura que rompía con la tradición: seis minutos de duración, poderosa y desafiante, encarnando el sonido del rock & roll moderno.
La letra relata la caída de una joven de la alta sociedad convertida en una paria, enfrentando la soledad y la pérdida de privilegios, usando un tono de acusación y desarraigo. Dylan cuestiona a la protagonista sobre cómo se siente al estar “sin rumbo, como una piedra que rueda”.
La producción se realizó en un ambiente caótico y espontáneo en los estudios de Columbia en Nueva York, con músicos tocando de oído y bajo la dirección exigente de Dylan. El sello tuvo dudas sobre lanzar un tema tan largo, pero la presión de los DJs y el entusiasmo del público impulsaron su publicación.
Aquí, Dylan interpretando la canción en su famosa y polémica actuación en Newport en 1965, cuando se pasó a la guitarra eléctrica:
La canción se convirtió en un éxito internacional, alcanzando el segundo puesto en el Billboard Hot 100, y marcó un antes y un después en la música popular: demostró que el rock podía ser un vehículo de expresión profunda, rompió estándares comerciales y consolidó a Dylan como voz generacional.
Por supuesto, la canción ha sido versionada hasta la saciedad. Son famosas las de Jimi Hendrix, que la tocó en el festival de Monterey de 1967; la de los Rolling Stones, que la han tocado a menudo en directo y aparece en su disco en vivo Stripped, de 1995; la de David Bowie y Mick Ronson, que la grabaron en 1994 en el disco Heaven and Hull; o la de Patti Smith, que la ha interpretado a menudo en directo y la ha grabado varias veces.
(I Can’t Get No) Satisfaction
The Rolling Stones
Esta canción existe gracias a que Keith Richards soñó el riff de guitarra y se levantó en medio de la noche para grabarlo. Sobre esas tres notas distorsionadas que suben y bajan, uno de los comienzos más reconocibles en la historia del rock, Mick Jagger compuso una letra que critica el consumismo y la frustración moderna.
Grabada en los estudios RCA de Hollywood y producida por Andrew Loog Oldham, su impacto fue inmediato: llegó al número uno y se transformó en un himno generacional que sigue vigente hoy.
Aquí los Stones (o los Rolling, como decimos en España al contrario que el resto del mundo) interpretando la canción en directo en Irlanda el mismo año de su publicación:
Una de las versiones posteriores más emblemáticas de esta canción es la que el mismo 1965 hizo Otis Reding con arreglos de vientos, que fue admirada por los propios Stones. También la versionaron Aretha Franklin, Devo, The Grateful Dead, Björk junto a PJ Harvey, y hasta Britney Spears.
Yesterday
The Beatles
El de los Beatles es probablemente el cancionero más repleto de éxitos de la música popular, pero sin duda uno de los primeros puestos de su repertorio lo ocupa Yesterday.
Musicalmente no tiene nada que ver con Satisfaction, pero tienen una cosa en común: esta también fue concebida en un sueño, en este caso de Paul McCartney. La melodía le resultó tan familiar que durante semanas dudó si realmente se la había inventado su subconsciente o si se trataba de una canción que ya existía. Finalmente, escribió la letra, que aborda con versos sencillos la nostalgia y la tristeza tras una separación amorosa.
La canción tenía un formato inédito para la banda: una balada acústica interpretada solo por McCartney y acompañada por un cuarteto de cuerdas, con la producción, cómo no, de George Martin, el llamado “quinto Beatle”.
El impacto fue enorme: Yesterday se incorporó al álbum Help! y se convirtió en uno de los temas más versionados de todos los tiempos: gigantes de la música se rindieron a ella, entre ellos nadie menos que Elvis Presley, Frank Sinatra, Ray Charles, Bob Dylan, Aretha Franklin, Marvin Gaye y Tom Jones.
1965, por cierto, fue un año de creatividad desbordante para los Beatles, ya que compusieron también otros himnos del pop como Michelle, Help! y Drive My Car.
La Bohème
Charles Aznavour
La Bohème, escrita por Jacques Plante y Charles Aznavour en 1965, es uno de los grandes himnos de la chanson francesa y la obra más emblemática de Aznavour. La canción surgió como encargo para una opereta, pero cobró vida propia al ser interpretada por el propio Aznavour, quien la incorporó a todos sus conciertos y grabó versiones en varios idiomas.
Ambientada en el barrio parisino de Montmartre, relata en primera persona la nostalgia de un pintor por su juventud bohemia, marcada por el hambre, la pasión y la libertad artística, contrastando ese pasado idealizado con el presente desdibujado. De hecho, aquí vemos a Aznavour interpretando la canción mientras hace gestos en el aire simulando ser un pintor atormentado:
La canción alcanzó gran éxito internacional, reforzando la imagen de Aznavour como embajador de la cultura francesa, y sigue siendo un referente de la nostalgia y la celebración del arte y la juventud perdidas.
My Generation
The Who
My Generation fue compuesta por Pete Townshend y lanzada en 1965 por The Who, en un Reino Unido agitado por el auge de la cultura juvenil y el movimiento mod.
Concebida como reflejo de la incomodidad adolescente frente al conformismo adulto, la canción surgió cuando Townshend, irritado por el trato hacia los jóvenes en el Londres de la época, plasmó un grito generacional en forma de protesta directa. Su indignación era tal, que en su primera estrofa dice: “Espero morir antes de envejecer”.
Musicalmente, destaca por su energía bruta, riffs agresivos de guitarra, el bajo innovador de John Entwistle —con uno de los primeros solos destacados de este instrumento en la historia del rock— y la interpretación vocal de Roger Daltrey, incluida su tartamudeo icónico que simboliza la frustración juvenil. Keith Moon, en la batería, aportó un estilo explosivo y caótico.
La canción fue producida por Shel Talmy y grabada en los estudios IBC de Londres. Su lanzamiento causó revuelo inmediato: escaló rápidamente las listas británicas y se convirtió en un himno rebelde, censurado en algunas radios por sus letras desafiantes.
My Generation no solo marcó el sonido de la década, sino que anticipó la actitud punk y reafirmó la música rock como vehículo de cambio cultural. Décadas después, mantiene su potencia y sigue siendo interpretada como declaración icónica de inconformismo y vitalidad juvenil.
Desde su lanzamiento, otros solistas y bandas importantes la han grabado o tocado en directo, como Oasis, Green Day, Iron Maiden y Alice Cooper.
Entre estas líneas, una electrizante interpretación en directo de la canción en 1967.
La chica ye-yé
Concha Velasco
Mientras el mundo vibraba con la british invasion, algo de ese colorido y esa rebeldía se colaron en nuestra España gris con La chica ye-yé, una canción que se inspiraba en el pop-rock de onda anglosajona que triunfaba entonces.
Concha Velasco encarnó una imagen radicalmente distinta de la mujer propuesta por el franquismo, apartada del rol tradicional de ama de casa (aunque la letra en realidad está protagonizada por una joven tradicional que critica a las chicas modernas, sus modales y sus pintas.
La canción se estrenó en 1965 en la película Historia de la televisión, de José Luis Sáenz de Heredia. Compuesta por Augusto Algueró (música) y Antonio Guijarro (letra), siempre se ha dicho que fue escrita inicialmente pensando en el argentino Luis Aguilé y que durante el rodaje Concha Velasco la interpretó de forma espontánea, desatando tal entusiasmo que el director decidió incluirla en el filme con su voz.
Sin embargo, la propia Concha Velasco desmintió esta versión de los hechos durante una entrevista en TVE en 2019 y dijo que siempre fue pensada para que la cantara ella. Y que fue Aguilé, al escuchar la canción, quien decidió sacar una versión masculina llamada Un chico ye-yé.
En aquella entrevista, Velasco también cuenta que fue una canción “de broma” y que la primera vez que la grabó para un disco fue con los músicos de Los Brincos, antes de que el grupo tomara ese nombre.
California Dreamin’
The Mamas & The Papas
California Dreamin’ fue compuesta en 1963 por el matrimonio John y Michelle Phillips. Fue durante un frío invierno en Nueva York, cuando ambos aún formaban parte del grupo folk The New Journeymen, antes de fundar The Mamas & The Papas.
Inspirada por la nostalgia de Michelle hacia el cálido clima californiano, la canción retrata el anhelo por el sol y la libertad en contraste con la realidad gris y fría del este estadounidense.
Musicalmente, el tema es una fusión de folk y pop, caracterizado por las armonías vocales del grupo y el inusual solo de flauta, interpretado por Bud Shank en una sola toma. Fue producido por Lou Adler y grabado en los United Western Studios de Hollywood en 1965.
Aunque nunca alcanzó el número uno en listas, se mantuvo durante diecisiete semanas entre las más escuchadas y llegó al puesto cuatro en Billboard, catapultando a The Mamas & The Papas como símbolos del sonido y el imaginario californiano.
Su impacto fue inmediato: se convirtió en himno de la contracultura de los años 60 y del movimiento hippie, asociándose a los valores de paz, libertad y evasión del “flower power”. Con el tiempo, la canción ha mantenido su vigencia, ha sido versionada por numerosos artistas y sigue siendo signo universal de nostalgia y deseo de nuevos horizontes.
The Sound of Silence
Simon & Garfunkel
The Sound of Silence, compuesta por Paul Simon en febrero de 1964, nació en un contexto de agitación social en Estados Unidos, tras el asesinato de John F. Kennedy, canalizando el sentimiento de alienación y desesperanza de la época.
Concebida originalmente como una balada folk minimalista para guitarra y voces, fue grabada en una sesión acústica junto a Art Garfunkel para el álbum Wednesday Morning, 3 A.M., sin lograr inicialmente repercusión.
Cuando el productor Tom Wilson añadió batería, bajo y guitarras eléctricas en 1965, la canción cobró un nuevo impulso, reflejando la transición del folk al folk-rock y sintonizando con la juventud que ansiaba un nuevo lenguaje musical; así, alcanzó el número uno en EE.UU. en enero de 1966. Además, ganó proyección internacional tras aparecer en la película El graduado, de 1967.
En este vídeo, Simon y Garfunkel interpretan la canción durante un concierto en el Central Park de Nueva York en 1981:
La letra explora la incomunicación y la soledad en la sociedad moderna, con imágenes poéticas como la de su comienzo: “Hello darkness, my old friend…” (“Hola, oscuridad, mi vieja amiga…”). Musicalmente, destaca por la fusión de armonías vocales, su melodía sencilla y esa atmósfera introspectiva que potencia su mensaje melancólico.
Unchained Melody
The Righteous Brothers
Unchained Melody es una de las baladas más legendarias del siglo XX, célebremente interpretada por The Righteous Brothers en 1965. La canción fue compuesta originalmente en 1955 por Alex North (música) y Hy Zaret (letra) para la película carcelaria Unchained, donde abordaba la nostalgia de un preso por su amada en libertad. Su letra expresa un profundo anhelo amoroso y la esperanza de reencuentro, convirtiéndola en un himno de amor atemporal.
La versión de The Righteous Brothers, producida por Bill Medley (aunque durante años se atribuyó erróneamente a Phil Spector), destacó por el tono desgarrador de la voz de Bobby Hatfield y un acompañamiento instrumental minimalista que potencia la emoción y la intensidad. Fue grabada inicialmente como cara B, pero su fuerza capturó rápidamente la atención del público, llegando al top 10 de Estados Unidos y Reino Unido.
Unchained Melody vivió un resurgir internacional al ser pieza central de la película Ghost (1990), asociándose a una de las escenas románticas más icónicas de la historia del cine. Su impacto ha sido monumental: se estima que existen más de 500 versiones registradas, incluyendo las de Elvis Presley,, Cyndi Lauper y U2.
