2025 está dejando mucho que desear para la tabacalera británica, cuyo crecimiento de la facturación está por debajo de la inflación y en la categoría de productos de nueva generación solo ha logrado un avance de un solo dígito. Por si fuera poco, sus previsiones para 2026 resultan mediocres
Los accionistas más optimistas siguen confiando en que las agencias federales estadounidenses actúen con firmeza y ordenen el muy fragmentado mercado de los cigarrillos electrónicos. Esta medida beneficiaría lógicamente en gran medida a British American Tobacco, que se presenta como el líder mundial del segmento con su marca Vuse.
En junio de 2024, desde MarketScreener ya advertíamos de que el objetivo de desendeudamiento anunciado por el director general Tadeu Marroco —antiguo director financiero de la compañía— debía tomarse con precaución. Los hechos confirman aquella preocupación, ya que, tras un primer aplazamiento, ese objetivo se ha retrasado ahora un año más.
Los inversores, no obstante, han recibido muy bien el lanzamiento de un plan de recompras de acciones —que se ampliará en 2026—, que pedían desde hacía tiempo. Sin embargo, el plan es modesto si se compara con los importes que la compañía distribuye en dividendos, que representan siempre al menos dos tercios de sus beneficios.
Además, esas recompras tenían perfecto sentido cuando la acción cotizaba a un múltiplo de un solo dígito de sus beneficios —y con una rentabilidad por dividendo de dos dígitos o casi—, pero el reciente rally lo cambia todo.
La valoración ha repuntado claramente en los últimos meses, pese a que persiste un problema estructural de crecimiento en British American Tobacco, a cuyos productos de nueva generación no les ha ido tan bien como a los de Philip Morris. En términos comparables, el valor de la empresa equivale ahora a entre trece y quince años de flujo de efectivo libre, con una rentabilidad por dividendo inferior al 6%.
Nada muy estimulante aquí, y MarketScreener no es el único que piensa así, pues el multimillonario Kenneth Griffin, primer accionista de la compañía y que entró en los mínimos de la pandemia, ha reducido de forma notoria su participación en el capital.
