¿Y si se estuviera moviendo entre bambalinas otra operación en el sector de las telecomunicaciones al margen de Telefónica? La operadora dirigida por Marc Murtra dio un paso adelante una vez que llegó el nuevo presidente a la compañía. El directivo catalán dijo que la operadora sería un agente activo en la consolidación del mercado y que permanecería atenta a cualquier situación del mercado.
Fue a mediados de 2025 cuando se empezó a agitar el árbol de la nueva oleada de fusiones en el sector de las telecomunicaciones, una vez consumada la de MásMóvil y Orange. En este caso, los titulares los acapararon Telefónica y Vodafone. La primera de ellas ya había lanzado diversos mensajes al mercado, mientras que la segunda permanece como sujeto pasivo, una vez que Zegona irrumpiera en España para adquirir el negocio de la empresa británica en España.
Pero Telefónica presentó su plan estratégico y en la hoja de ruta no se incluyó este tipo de operaciones, si bien el propio Marc Murtra aseguró que se podrían acometer compras o fusiones a pesar de que no se incluyeran en el documento. Además, como citó este periódico, la compañía prefiere centrarse en cerrar el ERE y otros movimientos antes que centrarse en la adquisición de una operadora en España.
El crecimiento de Digi
Es aquí donde entra Digi. En varios círculos de altos directivos del sector de las telecomunicaciones ya se debate la posibilidad de que la consolidación pudiera llegar entre la operadora rumana y Vodafone. El crecimiento de la compañía rumana en España ha sido uno de los grandes debates en los despachos de las principales empresas. Algunos lo llaman milagro, mientras que otros lo tildan de “pan para hoy y hambre para mañana”.
Digi contaba con la confianza de más de 10,2 millones de clientes en España al cierre del tercer trimestre de 2025, según el último informe de resultados publicado por la compañía. En concreto, más de 6,93 millones de clientes disfrutaban del servicio de telefonía móvil, lo que supone un incremento de más de 1,38 millones de clientes en los últimos doce meses.
Asimismo, más de 2,43 millones contaban con el servicio de fibra, lo que supone un crecimiento de 622.000 clientes en estos doce meses; más de 768.000 tenían contratado el servicio de telefonía fija, un aumento de 186.000 clientes en este periodo; y más de 133.000 contaban con el servicio de televisión, con más de 120 canales y disponible en toda España.
Pero el grave problema de Digi es que el rápido crecimiento de clientes se ha hecho a costa de quemar caja. Es decir, la empresa ha tenido que invertir una gran cantidad de recursos para poder llegar a todos los clientes y, a la vez, desarrollar un plan de crecimiento de redes en España. La teleco rumana se ha puesto como objetivo llegar hasta los 20 millones de clientes para 2030 y quiere hacerlo apoyada en su red de fibra en España. Se ha comprometido a invertir 2.000 millones de euros en los próximos años, lo que permitirá a la filial española operar de manera más independiente.
Para poder culminar sus planes, la empresa ultima su salto al parqué. Digi está explorando la posibilidad de salir a bolsa en la Bolsa de Madrid, contratando al banco de inversión Rothschild y a otras entidades como Barclays, Santander y UBS para asesorar y coordinar la operación, que podría implicar la cotización de una parte de su capital —valorada en alrededor de 2.500 millones de euros— en 2026, con el objetivo de financiar su expansión y consolidar su presencia en el mercado español.
Los números salen
Pero, precisamente, esa presencia en el mercado español podría pasar por la compra de una compañía. Fuentes del sector confirman que la idea de salir a bolsa para ganar músculo financiero y poder acometer una operación de calado “no es descabellada”. “Los números salen”, admite un ex alto directivo de una gran operadora de telecomunicaciones.
Además, una operación Digi-Vodafone tendría sentido “por las sinergias que se generarían entre ambas compañías”. Las fuentes consultadas aluden al “coloso por número de clientes que se crearía”, pero también a las sinergias que se generarían en el mercado mayorista, puesto que ambas empresas están desarrollando importantes inversiones en el tendido de redes.
Mientras tanto, en el otro lado de la hipotética operación guardan calma. Vodafone mantiene su senda alcista, con ingresos sostenidos y un más que aceptable ritmo de aumento de clientes. El nuevo dueño del negocio, Zegona, ha revalorizado el negocio de la operadora en España y su valor en bolsa ronda los 10.000 millones de euros.
Aquí es donde entra la pregunta del millón: ¿estaría dispuesta Digi a pagar una cantidad multimillonaria por el negocio de Vodafone si Zegona decide salir de España? Las fuentes del sector consultadas indican que esta opción “es complicada”, puesto que la empresa rumana no podría hacer frente en estos momentos al pago de unos 8.000 millones de euros, cifra por la que escucharía ofertas el fondo británico.
Por tanto, desde los despachos de los directivos ligados al sector de las telecomunicaciones se habla de la creación de una joint venture, tal y como hicieron MásMóvil y Orange.
