Tener hijos implica muchas cosas más allá de los cuidados básicos y de darle una crianza adaptada a cada etapa de su vida. Supone entender que esa persona también es independiente y tiene su vida, ya que poco a poco se va convirtiendo en un joven y adulto que tiene sus propios asuntos más allá de sus padres.

Aunque cada familia es un mundo y hay infinidad de tipos de relaciones entre padres e hijos, lo más habitual en nuestra sociedad actual es que estos se queden en casa de los padres hasta que empiecen a estudiar o a trabajar, siendo una edad que suele partir de los 18 años.

Es en este momento, sobre todo con primogénito en caso de tener varios, que se produce la primera separación oficial entre estos y sus padres, algo que puede suponer diferentes tipos de sensaciones, desde las positivas por dar un paso más en el ciclo vital, hasta las negativas en las que tanto padres como hijos pueden pensar en el miedo a la soledad o a echar de menos a las personas con las que normalmente compartían el día a día, entre muchas otras.

Concretamente sobre el sentimiento de muchos padres en dicho proceso, muchos hablan del ‘síndrome del nido vacío’ para referirse a «la sensación que tienen los padres de tristeza, anhelo, pérdida y dolor cuando los hijos se independizan del hogar familiar. El síntoma principal es una sensación de tristeza, puede llegar a causar depresión», apuntan desde ‘Psico Abreu’.

Esta afección puede darse en mayor o menor medida según cada persona, cada experiencia y situación, siendo un punto clave la relación que el o los hijos tienen con sus padres. Este es uno de los temas de los que ha hablado la actriz Toni Acosta en una entrevista en el podcast ‘Poco se habla’, con Xuso Jones y Briten.

Toni Acosta reflexiona sobre el síndrome del nido vacío

Charlando sobre el monólogo en el que ahora trabaja, Acosta se refiere al síndrome del nido vacío en un primer momento con esta frase: «Cuando nos ponemos orgullosas hablando del nido vacío no nos damos cuenta de que nosotras también nos fuimos. Y eso es lo interesante del monólogo», intentando ponerse en otra visión que no sea la de madre, ya que tiene dos hijos.

Cuenta que la idea de tratar sobre ello se le ocurrió el año en que Nicolás, su hijo mayor, se fue de casa para estudiar en Barcelona, y su hija Julia, se marchó también por estudios, en su caso un trimestre completo en Irlanda. «Me quedé con la perra. La perra y yo. Y fue una sensación como yo pensaba que no me iba a pasar porque tengo mucha vida social y laboral», empieza confesando.

«Pensé que es un asunto del que no se habla»

La actriz reflexiona en que, en su caso, vivir el nido vacío tiene que ver con dejar de hacer ciertas cosas y costumbres con sus hijos: «Sin embargo tiene que ver con los cuidados, con que tú controlas. Tú cuando tus hijos duermen en casa es que sabes dónde están, cuándo vienen…» Y explica que parte del monólogo está basado en una anécdota relacionada con ello y procede a contarla:

«Yo salí de una reunión y le dejé un audio a mi hija diciendo: ‘No te preocupes que llego para cenar’. Y pensé: ‘Pues sino está’. La niña recibiéndolo en Irlanda, ‘¿cómo vas a venir a cenar, mamá?’. Y wow, pensé que es un asunto del que no se habla. Que parece algo que es únicamente de mujeres y afortunadamente no es así», indicando que hoy en día «hay muchos padres sufriendo el nido vacío».

Al final, reconoce que trabaja como actriz sobre este tema porque quiere tratarlo con humor y ternura pero también «que nos den nuestro valor. Yo quiero que la gente salga del teatro y llame a sus madres y diga: ‘ay mamá, te echo mucho de menos’», expresa.



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By Steve

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