Fin de semana, el segundo de noviembre, que bien podría catalogarse como el de la excelencia de las cofradías, dedicado a poner en valor un patrimonio religioso de incalculable riqueza y con varios siglos de historia. Primero, con la procesión extraordinaria del Museo por su 450 aniversario, que ofreció una estampa perdida desde hacía más de un siglo, recuperada en esta ocasión con el Stabat Mater del Cristo de la Expiración y la Virgen de las Aguas. Y después, una tarde de domingo protagonizada por la Reina de Todos los Santos y la Virgen del Amparo.

En estos días más cortos, en plena temporada alta de turismo y con el alumbrado de Navidad casi instalado, en el mes por antonomasia de los difuntos, estas dos glorias volvieron a coincidir por segundo año consecutivo en el calendario, poniendo de manifiesto, una vez más, la importancia que tienen estas imágenes para la ciudad por tantos y diversos motivos.

Cada una a su estilo y con su personalidad propia, dos tallas nacidas de un mismo escultor y con un sello clásico. Parece no pasar el tiempo por estas procesiones que tanto agradan al cofrade de verdad, al de hermandad. Por eso, cada noviembre, acuden a una cita única, donde todo está medido, pero se conserva esa naturalidad que, poco a poco, parece haberse ido perdiendo en otras cofradías y que aquí se mantiene intacta.

Con la última luz del día salía la Reina de Todos los Santos desde Ómnium Sanctorum, en una maniobra complicada para Antonio Santiago y los costaleros, debido a la ojiva de la puerta y a las grandes dimensiones de las andas, y lograda con maestría.

Esta procesión tuvo un ápice de tristeza: era la primera vez que se celebraba sin la presencia de María del Mar Tristán, heredera del legado de la Banda del Maestro Tejera, hermana y antigua miembro de junta de la corporación. Pero, en realidad, sí estaba. Su padre, José Manuel Tristán, lo sabía bien; por eso no faltó a la cita con su Virgen, con su hermandad. Sabe de sobra que ella se ha convertido en uno de los ángeles que sostiene la imponente peana de la Reina de Todos los Santos, un ejemplo de superación para que su familia siga adelante.

A pesar de los pesares, de esas cuestiones sin explicación que pueden provocar crisis de fe, el director de Tejera estuvo allí, al frente, como toda la formación musical, que, aun no atravesando su mejor momento, mantiene un nivel de máxima excelencia, con un repertorio exquisito a lo largo de toda tarde y noche.

La Reina de Todos los Santos lució en esta ocasión el manto celeste, uno de los cuatro de salida que conserva en su ajuar. Además, la imagen recuperó la corona enjoyada, algo que no ocurría desde hacía medio siglo. Pasadas las seis de la tarde, prácticamente de noche, la Virgen se adentraba en la calle Peris Mencheta con los sones de ‘Hiniesta Coronada’, para recorrer una vía muy querida por esta hermandad, donde muchos vecinos esperaban ver a su titular. Siguió por Palacios Malaver, tomó la Cruz Verde, Guadiana y volvió a salir nuevamente a Peris Mencheta para adentrarse por el Pasaje González Quijano, uno de los lugares más emblemáticos de esta salida. La corporación suele variar cada año su itinerario con el propósito de visitar los hogares de todos los vecinos del barrio.

Destacable era el inicio de la calle Guadiana cuando Tejera interpretó ‘La Esperanza de Triana’ de Farfán, con toda la instrumentación y cantada. Esta formación está recuperando las obras musicales con su respectiva letra, como hiciera con ‘Pasan los Campanilleros’ en la procesión del Rosario de San Vicente en el año del centenario de la composición. De ahí, el cortejo continuó por Relator, Jesús de la Sentencia, Amargura la Plaza Calderón de la Barca, pasando por el mercado de la Feria hasta regresar a su sede canónica como cierra de sus cultos.

Mientras tanto, en la Magdalena, la Virgen del Amparo salía por la puerta principal de la parroquia, siendo esta la última vez que lo hará en su procesión sin estar coronada. Dentro de un año, en el domingo del Patrocinio, José Ángel Saiz Meneses la coronará en su propia casa y, ya por la tarde, realizará su salida triunfal, que tendrá de extraordinario un recorrido más amplio e incluirá la visita al Ayuntamiento de Sevilla. A esto hay que añadirle el rosario de la aurora que hará en mayo hasta la capilla Real de la Catedral de Sevilla y postrarse ante la Virgen de los Reyes.

En esta ocasión, la procesión transitó por el añejo barrio de la Magdalena, por zonas como Santas Patronas, López de Arenas, Galera o Almansa, calles perfectas para disfrutar de una procesión exquisita, medida, con mucha participación de los hermanos en el cortejo, repleta de cofrades, unas calles con hermanos del Amparo, como así lo mostraban las colgaduras. Procesión a la perfección, sabiendo como hay que andar desde el primero al último, sin provocar masificaciones. Hasta en eso tiene buen gusto la hermandad del Amparo.

El repertorio, medido por el Carmen de Salteras, incluyó piezas como ‘Bajo tu Amparo’, ‘La Virgen de las Angustias’, ‘Soleá, dame la mano’, ‘Virgen del Valle’ y otras de gran nivel musical, como caracteriza a esta procesión que pone el broche de oro a las Glorias de Sevilla. Aunque hasta el 22 de diciembre habrá más salidas procesionales, esta fecha marca un antes y un después, porque a partir de ahora se intensificarán los cultos en las hermandades de penitencia hasta llegar a la esperada Semana Santa.

Ha sido el epílogo de las Glorias y, al mismo tiempo, el inicio del año de la coronación de la Virgen del Amparo, que estará repleto de actos y cultos ya programados, de una hermandad imprescindible para Sevilla.



Source link

By Steve

Spain is one of my favourite places to visit. The weather, the food, people and way of life make it a great place to visit.