La Audiencia Nacional juzgará a Jordi Pujol. Para sorpresa de todas las partes, los magistrados han decidido no archivar la causa contra el expresidente de la Generalitat que alegaba un “deterioro cognitivo” que según los forenses que le visitaron hace que no esté “en condiciones físicas ni cognitivas para comparecer en un juicio” ni dispone de “capacidad procesal” para defenderse.
Más información
Los magistrados han tomado la decisión tras una visitilla a puerta cerrada que ha empezado a las 10:50h y en la que han conectado por videoconferencia con el expresidente catalán, que ha comparecido des de su casa de Barcelona, donde sigue tratamiento médico ya que hasta el pasado viernes estaba ingresado en el hospital por una neumonía y una infección respiratoria.
El fiscal Anticorrupción Fernando Bermejo ha preguntado al expresidente catalán si sería capaz de reconocer su firma en un documento, a lo que Pujol ha contestado que no se encuentra bien y que tiene ciertas “dificultades”, pero ha afirmado: “Estoy a disposición del tribunal”.
El tribunal acepta que el expresident siga el resto del juicio desde su domicilio dado su delicado estado de salud a los 95 años. De este modo, el juicio contra la familia Pujol y una decena de empresarios empezará con los siete hijos del matrimonio, la exmujer del primogénito y una decena de empresarios en el banquillo.
El hijo mayor, Jordi Pujol Ferrusola, es quien enfrenta la pena más alta, de 29 años de cárcel por asociación ilícita, falsedad documental, delito de frustración, además de cinco delitos contra Hacienda. Le sigue su exmujer a quien Anticorrupción reclama 17 años de prisión; el tercer hijo, Josep Pujol Ferrusola, para quien piden 14 años, y el resto de hermanos -Marta, Pere, Oriol, Mireia y Oleguer- que enfrentan penas de ocho años de prisión cada uno.
Anticorrupción habla de “una red de clientelismo”
Anticorrupción acusa la familia de “tejer una red de clientelismo” en una trama corrupta de la que no hay pruebas directas. Según el juez instructor, la familia “recibía pagos millonarios”, mayoritariamente de empresarios, que “disimulaban” a través de sociedades y cuentas en paraísos fiscales. La acusación cree que esos pagos eran mordidas a cambio de adjudicaciones o “simplemente para congraciarse o mantener buena relación” con la que entonces era la familia más importante de Cataluña.
La defensa siempre lo ha negado. Argumentan que no hay pruebas que vinculen el dinero con ningún trato de favor por parte de la Administración y mantienen que la fortuna millonaria que tenían en Andorra era una herencia, un legado, que dejó les dejó el abuelo de los acusados, padre del expresidente catalán, el banquero Florenci Pujol.
Los magistrados han tomado la decisión tras una visitilla a puerta cerrada que ha empezado a las 10:30h y en la que han conectado por videoconferencia con el expresidente catalán, que ha comparecido des de su casa de Barcelona, donde sigue tratamiento médico ya que hasta el pasado viernes estaba ingresado en el hospital por una neumonía y una infección respiratoria.

De este modo, el juicio contra la familia Pujol y una decena de empresarios contará en el banquillo con quiénes lideraban la “red corrupta de clientelismo” que describió el juez instructor: la fallecida Marta Ferrusola y el exonerado Jordi Pujol. El juicio, que durará seis meses, seguirá contra los siete hijos del matrimonio, la exmujer del primogénito y una decena de empresarios.
