Cada colegio mayor tiene una identidad propia, casi un carácter. Hay algunos que funcionan como pequeñas repúblicas, donde la vida se decide en asambleas interminables, como el Chaminade. Otros han sido auténticos templos culturales: el San Juan Bautista, el ‘Johnny’, fue sinónimo del Jazz en Madrid, antes de caer en el abandono y acabar tomado por okupas. En el Pío XII o el Moncloa el día a día gira en torno a conferencias, foros y debates de todo signo. También están colegios como el Roncalli o el Mara, que funcionan como microcosmos donde el talento femenino se retroalimenta y se multiplica. Los hay más bohemios, más ‘pijos’, más deportivos, más religiosos o más orientados al estudio. Y, también, por supuesto, se identificaban por ser masculinos, femeninos o mixtos. Sin embargo, una de las últimas voluntades políticas de Íñigo Errejón fue que dejaran de diferenciar por sexo si querían adscribirse a una universidad pública.

Aquello sucedió en el contexto de la polémica por los cánticos machistas en el colegio mayor masculino Elías Ahuja. Un grupo de colegiales, desde las ventanas del edificio, gritaron a las chicas del colegio femenino Santa Mónica: «Putas, salid de vuestras madrigueras». Se expulsó a varios estudiantes del centro y se abrió una investigación por posible delito de odio. Sin embargo, meses después, la Fiscalía terminó archivándola y ninguna de las mujeres que se encontraba en la residencia denunció los hechos.

El episodio se viralizó y, al coincidir en el tiempo con la aprobación de la LOSU (Ley Orgánica del Sistema Universitario), Más País presentó una enmienda para que los colegios mayores sólo de chicos o sólo de chicas adscritos a una universidad pública no pudieran renovar su convenio. «Aquellos convenios que se encuentren vigentes a la entrada en vigor de esta ley podrán mantenerse hasta su vencimiento, pero no renovarse», especifica la norma.

El exlíder de Más País y su equipo justificaron que la enmienda serviría para acabar con el machismo. El propio Errejón, hoy procesado por el presunto abuso sexual a la actriz Elisa Mouliaá, tuiteó: «Lo conseguimos: no habrá colegios mayores adscritos a la Universidad Pública que separen por género. Se acabaron los Elías Ahuja con el dinero de todos». El tuit, más allá del anuncio, contenía incorrecciones puesto que los colegios mayores no están pagados «con dinero de todos». En la Comunidad de Madrid, la autonomía con más colegios mayores de España, la mayoría de los centros están adscritos a la Universidad Complutense y, de hecho, si están en ‘suelo de la universidad’ tienen que pagar una cuota a la misma, una especie de alquiler.

«Una enmienda que acaba con la libertad»

Sea como fuere, el sector sigue molesto y, sobre todo, perplejo ante una enmienda que, dicen, «les va a llevar a la extinción» y «acaba con la libertad de las familias y de jóvenes adultos a elegir dónde quieren vivir en la época universitaria». Cuando se aprobó la ley de Universidades había en España más colegios mayores diferenciados por sexo que mixtos. En total, 44. Hoy, el número ya se ha reducido sustancialmente y en nuestro país, según datos del Consejo de Colegios Mayores Universidades, quedan 26. Este curso 2025-2026 caducan los convenios de adscripción de estos centros que tendrán que tomar una decisión: dejar de estar vinculados a una universidad pública y adscribirse a una privada si quieren seguir siendo masculinos o femeninos o bien convertirse en mixtos. Casi todos los unisex de España se encuentran en Madrid, en la zona de Ciudad Universitaria, y en su mayoría, están adscritos a la Universidad Complutense. Sin embargo, en Valencia, Sevilla, Valladolid o Salamanca también quedan colegios mayores en la misma situación de incertidumbre.

Pero, ¿qué pasa si un colegio deja de estar adscrito a una universidad pública? Lo primero es la pérdida de prestigio que esto puede suponer. Además, hay que tener en cuenta que la mayoría están vinculados a la universidad pública que tienen más cerca. «Se ha extendido la idea falsa de que recibimos financiación pública, pero no es así. Los colegios mayores son entidades sin ánimo de lucro», refieren desde el consejo que los representa. Sin embargo, si dejan de estar vinculados a una universidad pública, sufrirán un perjuicio económico, pues perderán exenciones fiscales. Los directores de los centros, además, dejarían de estar nombrados por el rector.

Los 18 colegios mayores que se han reconvertido desde que se aprobó la LOSU han seguido caminos distintos: seis ya son mixtos, siete se terminaron asociando a universidades privadas y algunos han establecido otro tipo de acuerdos con las universidades. Muchos confían en que la Universidad Complutense y la Comunidad de Madrid encuentren una solución para ellos. «Yo creo en la libertad de elegir. Mi deseo es que este colegio mayor mantenga su identidad y continúe siendo masculino, pero es algo que tendrá que decidir la fundación Pablo VI, a la que pertenecemos», asegura Pedro Sainz de Baranda, director del Pío XII. Ninguno de los colegiales de este centro, que abre sus puertas a ABC, parece demasiado preocupado por lo que pueda pasar en el colegio mayor en el que duermen y hacen vida.


Los colegiales del Pío XII en el comedor


ISABEL PERMUY

Desde el Moncloa, vinculado al Opus Dei, Ricardo Calleja, su director, tiene dudas sobre cómo se aplicará la ley: «¿Qué entendemos por mixto? En nuestros colegios mayores hay actividades mixtas, aunque las habitaciones son sólo de chicos. Creo que hay que acabar con esa idea de que los centros diferenciados son para monjes o monjas de clausura. La realidad es bien distinta», asegura a este diario. «Desde el principio, la voluntad ha sido violentar un modelo. Lo cierto es que el tema activa a cierta izquierda intervencionista», afirma. Por su parte, la dirección del Mónica explica a este periódico que están a la espera del desarrollo autonómico que se haga de la ley.

ABC se ha puesto en contacto tanto con la Universidad Complutense como con la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, pero ambas instituciones se muestran prudentes. «Estamos escuchando a la comunidad educativa», refieren desde la Consejería de Educación. El Ministerio de Universidades tampoco resuelve la duda que muchos de estos centros tienen sobre si se podrá considerar mixto a un colegio mayor con actividades conjuntas pero ‘alojamiento’ diferenciado.


Dos universitarias en la puerta del colegio femenino Mara, cercano a la Universidad Complutense


isabel permuy

Desde el Elías Ahuja, colegio mayor en el que sucedió la polémica que inspiró la enmienda de Errejón, afirman que se convertirán en mixto: «Este será el último año en el que seremos un colegio mayor sólo de chicos. Ya estamos haciendo las obras», refiere Francisco Martín, su director. Este centro de la orden de los agustinos cree que la enmienda no tuvo en cuenta es el riesgo de endogamia: «Los diferenciados siempre se han abierto más a hacer actividades, los mixtos suelen encerrarse más en sí mismos», asegura.

«En Educación es deseable que los cambios vengan del consenso y no de la imposición»

Carlos Pesado

Jaime del Amo

Otro de los colegios mayores más clásicos, el Jaime del Amo, insiste en que desde hace muchos años se organizan numerosas actividades mixtas con otros colegios femeninos. En materia educativa, dice su director, Carlos Pesado, «siempre es preferible y deseable que las decisiones sean fruto del consenso más que de la imposición».

Denuncias de abusos sexuales en centros mixtos

«La vida es mixta, ojalá vayamos desterrando ese olor a naftalina», ilustran desde otros de estos centros. La mayor parte no entienden la justificación de la medida como algo que «erradique el machismo» sino como un «capricho ideológico de Íñigo Errejón» y recuerdan que la mayor parte de las denuncias por abusos sexuales en colegios mayores se producen en mixtos y no en diferenciados, como el caso de las tres chicas que denunciaron en el San Isidoro de León.

El sector también reivindica la figura del colegio mayor y no de la residencia controlada por fondos de inversión, una figura que está proliferando y en la que esa personalidad académica de los centros termina difuminándose. Además, esta ofensiva a los diferenciados coincide en el tiempo con un momento en el que el alto precio del alquiler disparó este curso un 15% la demanda de plazas en colegios mayores, según datos del Consejo de Colegios Mayores Universitarios. Sus defensores tratarán de que siga existiendo el colegio mayor bohemio, el deportista, el religioso, el asambleario, el masculino y el femenino. Otra cosa es el mapa que quede a final de curso.





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By Steve

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